Art Meets Fashion: Diálogo entre arte y moda a través de la mirada de Georgia O’Keeffe
Símbolo feminista e icono de moda. Georgia O’Keeffe es mucho más que una de las artistas plásticas femeninas más importantes del modernismo americano. O’Keeffe es el gran mito del arte moderno norteamericano sin distinción de géneros. Musa recurrente también en la moda, ha inspirado e inspira a diseñadores, fotógrafos, creadores emergentes y firmas de lujo internacionales. De Calvin Klein –que viajó en 1983 junto a Bruce Webber a su hacienda en Abiquiú (en Nuevo Mexico) para disparar una campaña– a Gareth Pugh –que reinterpretó la calavera de vaca, uno de los motivos favoritos de la artista, símbolo de la fortaleza y la belleza del desierto, en su desfile de 2015– pasando por Michael Kors, Valentino o Dior.
La exposición temporal en el Museo Museo Nacional Thyssen-Bornemisza (del 20 de abril al 8 de agosto), la primera retrospectiva de la artista en España, es el eje del nuevo capítulo de Art Meets Fashion y la colaboración entre Las Rozas Village y el Museo Thyssen. Una invitación para seguir explorando el diálogo entre arte y moda.
Desde las llanuras II, 1954
«Muchas veces la abstracción es la forma más neta para eso intangible que hay dentro de mí y que solo puedo aclarar con pigmentos», describió la propia artista.
La muestra acoge un centenar de obras, que abarcan casi la totalidad de su carrera, de las acuarelas y carboncillos de sus inicios –que tanto sorprendieron en el Nueva York de finales de la década de 1910– al minimalismo lineal de los años 60. Un recorrido que incluye sus amapolas, sus narcisos, sus lirios blancos y su estramonio. Como Machado, Georgia O’Keeffe hacía el camino al andar. Para ella, dar largos paseos y perderse por el paisaje formaba parte del proceso creativo. Así se convirtió en recolectora de flores, plumas, piedras, huesos de animales… Un elogio a la naturaleza que se traslada al propio Village, en un entorno repleto de referencias e instalaciones artísticas.
Lirio Blanco nº 7, 1957
«Cuando coges una flor y la contemplas de verdad, es tu mundo durante un momento. Yo quiero regalarle ese mundo a los demás», dijo O’Keeffe.
«O’Keeeffe eligió alejarse para estar más cerca; y de esa soledad elegida nace la certeza de que toda la belleza que construyó salía pura y exclusivamente de ella, no porque habitara un mundo saturado de información», explica Luis Galliussi, arquitecto, diseñador y curator of experience para Las Rozas Village. En lugar de una interpretación literal, Galliussi ha querido evocar la emoción y el ritual de esta maravillosa mujer, con huertos gigantes llenos de aromáticas y flores (como las que ella pintaba), alpaca, macetas con motivos geométricos (que nos trasladan a Nuevo México)…
Para celebrar el lanzamiento del proyecto, La Rozas Village edita una selección de prendas inspiradas en la paleta cromática de la artista. Prendas y complementos que emulan los pigmentos y emociones de su obra y reivindican el valor de la moda como forma de expresión personal.
Serie I. Formas de flores blancas y azules. 1919
«La mayoría de la gente en la ciudad corre de un lado a otro y no tienen tiempo para mirar una flor. Quiero que la vean, quieran o no».
Línea Azul. Georgia O’Keeffe. 1919
La artista norteamericana se sumerge en la naturaleza para trasladar al lienzo las emociones que le produce.
Otoño árboles. El Arce. 1924
Las flores de Georgia O’Keeffe son tan cercanas como sensuales. Una muestra exuberante de sus pensamientos y de la naturaleza que veía a su alrededor.
Abstracción. Resplandor I, 1921
En palabras de O’Keeffe, «descubrí que podía decir cosas con el color y las formas que no podía expresar de otra manera, cosas que no tenían palabras».
Concha y viejo tablón de madera V, 1926
«Cuando llegué a Nuevo México supe que era mío; en cuanto lo vi supe que era mi tierra. Nunca había visto nada así, pero encajaba conmigo exactamente».