Desde que creó su primer polo en 1933, Lacoste sigue inspirando al mundo con optimismo, confianza y elegancia, apoyándose en su rica herencia deportiva.
En la encrucijada entre la moda y el deporte, Lacoste da movimiento a nuestras vidas y libera la autoexpresión, fomentando un estilo de vida marcadamente francés, caracterizado por una elegancia natural.
En cada colección y en cada experiencia, Lacoste combina lo atemporal con la creatividad.
Desde sus inicios, el aura del Cocodrilo ha crecido con cada generación que lo ha llevado, convirtiéndose en un símbolo de unidad que trasciende el estilo.
De país en país, de generación en generación y de amigo a amigo, las prendas de Lacoste se cargan de una conexión emocional que las convierte en verdaderos iconos.
La elegancia Lacoste —universal y atemporal— une a una comunidad vibrante donde los valores y diferencias de todos son reconocidos y respetados.